La toma de decisiones es una actividad cotidiana de los seres humanos que involucra riesgos y dificultades, ya que implica evaluar y elegir entre alternativas y cursos de acción que mejor contribuyan a alcanzar los objetivos perseguidos.
La toma de decisiones es de gran importancia porque tiene repercusiones internas en la empresa en cuanto a las utilidades, el producto y el personal, y externas ya que influye en proveedores, clientes, entorno, economía, etc.
Según Chiavenato (2009), “La toma de decisiones es un proceso que consiste en hacer un análisis y elegir entre varias opciones un curso de acción.” Y que el proceso de toma de decisiones es complejo y depende tanto de las características individuales de quien toma la decisión como de la situación en que está inmerso y de la forma en que percibe la situación.
A pesar de la clara definición de los pasos del proceso de toma de decisiones, el mismo proceso presenta varias aristas e inconvenientes: la naturaleza subjetiva de la realidad, la presencia de incertidumbre, la dificultad de establecer probabilidades de ocurrencia, la forma de establecer consenso en el caso de decisiones grupales, la dificultad de medición y de establecer preferencias numéricas, las limitaciones de la mente humana, las trampas mentales, los seudo razonamientos y heurísticas, la intuición y emoción.
Según las ciencias cognitivas, hay dos formas de pensamiento, de procesar la información y tomar decisiones: experimental o intuitivo y racional o reflexivo.
El sistema racional, o tipo II, es un sistema deliberativo, analítico, consciente, secuencia, requiere tiempo y esfuerzo.
El sistema intuitivo está regido por las emociones, asociaciones, impresiones, es intuitivo, rápido y automático.
En este último se encuentra la intuición, la cual puede definirse como la capacidad humana de llegar a conclusiones y juzgar un curso de acción, en poco tiempo, a partir de escasa información, obtenida a partir de experiencias propias o ajenas.
Mientras las matemáticas proporcionan herramientas para la toma de decisiones en todas y cada una de las etapas del proceso administrativo, la intuición es un modo de conocer la realidad y de juzgar si un curso de acción es adecuado o no.
Los juicios intuitivos son rápidos, inconscientes involuntarios y con cierta carga emotiva, en el sentido que el que intuye una cosa está en cierto modo comprometido con lo que intuye. La intuición no sabe dar razones por las que cree lo que intuye. Si supiera darlas ya no sería intuición, sería razonamiento.
La intuición consiste en reconocer los aspectos y factores esenciales de la situación, asociarlos con factores análogos de una situación equivalente del pasado y resolver la situación presente sobre la base de la experiencia del pasado tomada como referencia.
La intuición forma parte de un proceso rápido, automático, inconsciente, involuntario, con escaso o nulo esfuerzo. Es un proceso inconsciente, que el decisor no se da cuenta que ocurre. Es decir, es parte del Sistema I de pensamiento rápido y se contrapone a la razón.
Lunenburg, (2010) resume los puntos en común de las definiciones y acepciones de intuición: rapidez, automática e inconsciente, basada en experiencia y ofrece un potencial para la creatividad.
Gigerenzer (2011) señala que todas las personas, expertas o no, deciden con base en las intuiciones todo el tiempo porque la intuición es una inteligencia del inconsciente, que elige, sin pensar, que regla es más probable que funcione en cada situación. Afirma que se debe confiar en el instinto, pero se debe saber cuándo.
A pesar que la intuición está presente en la toma de decisiones, y del auge que posee el estudio del tema desde distintas perspectivas, son escasas las evidencias empíricas y las investigaciones que expliquen cómo se usa y porqué y lo que es más importante, cómo define el tomador de decisión que sólo ha usado la intuición, es escasa.
Existen dos posturas, aquellas que rechazan el uso de la intuición en las decisiones estratégicas, porque no encuentran sustento suficiente ni evidencias empíricas sobre su efectividad. Asimilan la intuición al instinto, a ráfagas de suerte, a circunstancias del azar.
Por otro lado,según una parte del resumen con traducción libre del artículo en inglés de McKinsey titulado: «how to test your decision-making instincts», diferentes estudios demuestran que la «intuición» es la consecuencia de la acumulación de experiencias sintetizadas de manera que podamos tomar decisiones y hacer valoraciones sin necesidad de utilizar la lógica ni el razonamiento consciente.
Incluso cuando utilizamos el método analítico y racional para tomar decisiones no podemos «librarnos» totalmente de la intuición.
Algunos pensadores defienden que la decisión final la tomamos con la intuición, incluso si hemos reflexionado y utilizado herramientas analíticas. Principalmente, en situaciones como la decisión de compra de artículos de uso habitual, esta teoría parece tener bastante solidez.
Debemos confiar en nuestro instinto, pero solamente después de pasar la prueba de estas 4 preguntas:
- Prueba de similitud: ¿hemos experimentado algunas veces una situación idéntica o similar?
Su importante radica en que nuestro subconsciente trabaja con reconocimiento de patrones de conducta.
- Prueba de aprendizaje: ¿qué hemos aprendido de experiencias similares?
La experiencia solamente es útil si hemos aprendido de los resultados anteriores, positiva o negativamente.
- Prueba emocional: ¿hemos evaluado el nivel de influencia del elemento emocional de estas experiencias?
Debemos ajustar las respuestas anteriores para situarlas en el contexto emocional actual
- Prueba de independencia: ¿tenemos algún interés personal en la decisión que vamos a tomar?
Indudablemente esta circunstancia resta objetividad a la decisión intuitiva.
Si hemos respondido afirmativamente a una sola de estas cuatro preguntas, debemos reforzar nuestro proceso de toma de decisión.
Fuentes: Ariño Miguel, (12 Mayo 2011), “La intuición en la toma de decisiones”. Recuperado de : https://miguelarino.com/2011/05/12/la-intuicion-en-la-toma-de-decisiones/ Moren Leoncio, (11 de Abril 2014) “La intuición en la toma de decisiones”, Recuperado de:https://www.leonciomoreno.com/la-intuicion-y-la-toma-de-decisiones/ Münch, L. (2015). Administración. Proceso administrativo, clave del éxito empresarial. (3ª ed.). México: Pearson. Chiavenato, I. (2009). Comportamiento organizacional: la dinámica del éxito en las organizaciones (2da ed,)