La Inteligencia emocional del emprendedor
Para un emprendedor, comprenderse a si mismo y a los otros es necesario para asumir el rol de conductor en una empresa. El fortalecimiento de la llamada inteligencia emocional ayudará a profundizar el conocimiento de las motivaciones, fortalezas y debilidades tanto ajenas como propias.
La inteligencia emocional aplicada a la gerencia no es sino la capacidad de juntar las habilidades de gestión personal con las de nuestra capacidad para trabajar con otros.
Podemos identificar hasta cinco componentes de la inteligencia emocional.
Componentes de la inteligencia emocional del líder en la empresa.
Repartiéndolos entre habilidades de autogestión y la capacidad de relacionarte con los demás, tenemos lo siguientes componentes de la inteligencia emocional en la empresa:- Autoconciencia. Se trata de conocer y estar dispuesto a hablar de las debilidades propias. Por ejemplo, si trabajas mal con plazos cortos , debes planificar cuidadosamente tu tiempo y explicar a tus colegas lo importante que es para ti cumplir con el cronograma establecido.
- Autogestión. Significa tener la capacidad de controlar los propios impulsos y canalizarlos hacia otros fines. No perder el control es muy importante para poder ejercer
- Motivación. La idea es estar motivado por u impulso interno al logro, no por gratificaciones externas. Hay que buscar desafíos creativos, aprender y sentir gran orgullo por un trabajo bien hecho. Ello hace que se busque constantemente enfoques novedosos y mejoras en el trabajo.
- Empatía. Tener en cuenta los sentimientos de otros al momento de tomar decisiones nos lleva a tratar a cada miembro del equipo a nuestro cargo con equidad.
- Habilidades Sociales. Debemos construir relaciones con otros inspirándolos a cooperar para que lleguen a la dirección deseada.
El reconocimiento y la gestión de emociones es una El reconocimiento y gestión de las emociones en la relación con empleados, clientes, proveedores y otros interlocutores es una herramienta poderosa para las pymes.herramienta poderosa que, en el largo plazo, arroja mejores resultados que el conocimiento o el desarrollo intelectual.
El éxito de las personas en las organizaciones, no depende sólo de sus habilidades o de su inteligencia medida como coeficiente intelectual (IQ), sino del manejo de las emociones y de las relaciones interpersonales, que conforman el coeficiente emocional (EQ). Gran parte del valor de un trabajador experimentado no viene del campo técnico, sino de lo vivido y sentido en el día a día en la trinchera, todos aspectos emocionales: trato con empleados y clientes, manejo de proveedores, resolución de problemas, tolerancia a grandes y pequeños fracasos, entre otros.