Las organizaciones no cambian por arte de magia, las culturas organizacionales no se transforman solas, son los profesionales los que tienen que cambiar sus comportamientos, habilidades y conocimientos para provocar esos cambios en las empresas.
En estos tiempos líquidos, tiempos de Internet, de globalización y de crisis, necesitamos nuevas competencias, y no se trata de competencias digitales y no se trata solo de competencias digitales, sino también de comportamientos y actitudes, de comportamientos y actitudes, y éstas son las más difíciles de cambiar.
En un sentido metafórico, «tiempo líquido» se refiere a la noción de que el tiempo es fluido y cambiable, podría implicar que nuestras percepciones del tiempo y la forma en que lo experimentamos están sujetas a cambios y adaptaciones constantes.
Algunas de las competencias requeridas actualmente, pueden variar dependiendo de estos “tiempos Líquidos” afectados por diversos factores; como avances tecnológicos, cambios en la economía global, demandas del mercado laboral y tendencias sociales. Sin embargo, algunas competencias y habilidades clave que probablemente sigan siendo relevantes incluyen:
«The Fourth Industrial Revolution» de Klaus Schwab es un libro que explora los cambios significativos que están ocurriendo en el mundo como resultado de la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas. Schwab argumenta que esta revolución está transformando profundamente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, y sostiene que, para prosperar en este nuevo contexto, se necesitan ciertas habilidades clave.
Algunas de estas habilidades incluyen:
- Pensamiento crítico y resolución de problemas: En un mundo cada vez más complejo y digitalizado, la capacidad de analizar información, identificar problemas y generar soluciones creativas es fundamental.
- Flexibilidad y adaptabilidad: Con el rápido avance de la tecnología y los cambios en los mercados laborales, es crucial poder adaptarse a nuevas situaciones y aprender continuamente nuevas habilidades.
- Competencia digital: En la era de la digitalización, tener habilidades técnicas sólidas, así como comprender y utilizar tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, es esencial.
- Inteligencia emocional y habilidades interpersonales: A medida que la automatización y la inteligencia artificial desempeñan un papel más importante en el lugar de trabajo, las habilidades humanas como la empatía, la comunicación efectiva y el trabajo en equipo se vuelven aún más valiosas.
- Creatividad y pensamiento innovador: En un entorno empresarial caracterizado por la disrupción constante, la capacidad de generar ideas nuevas y creativas, así como la disposición a asumir riesgos, se convierten en activos importantes.
- Habilidades de aprendizaje continuo: Dado que el conocimiento y la tecnología evolucionan rápidamente, la disposición y la capacidad para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida se vuelven esenciales para mantenerse relevante en el mercado laboral.
- Gestión de proyectos: Implica planificar, organizar, dirigir y controlar los recursos para lograr objetivos específicos dentro de un marco de tiempo y presupuesto determinados. Esta habilidad es crucial en una variedad de industrias y sectores, ya que ayuda a garantizar que los proyectos se completen de manera eficiente y efectiva.
Schwab enfatiza que estas habilidades son fundamentales para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades de la cuarta revolución industrial, y aboga por una mayor colaboración entre gobiernos, empresas y la sociedad en general para fomentar el desarrollo de estas habilidades en la población.
En resumen, «The Fourth Industrial Revolution» destaca la importancia de una combinación de habilidades técnicas, emocionales y cognitivas para tener éxito en un mundo caracterizado por la rápida evolución tecnológica y social. Estas competencias son fundamentales para navegar por los desafíos y aprovechar las oportunidades de la cuarta revolución industrial.